La videoendoscopia digestiva alta es un examen endoscópico que permite al médico examinar el esófago, el estómago y el duodeno. Este procedimiento se realiza a través de la boca, mediante un endoscopio, un tubo de fibra óptica largo y flexible, con una cámara, conectada a un video. Las imágenes que capta se transfieren a un monitor para ser analizadas, permitiendo detectar enfermedades en esos órganos, tomar muestras y aplicar tratamientos.
El tubo del endoscopio cuenta con varios canales en su interior que se pueden introducir distintos instrumentos que permiten realizar pruebas diagnósticas como biopsias, y realizar tratamientos de la cauterización de vasos sangrantes o la extirpación de pólipos.
La preparación para una endoscopia digestiva alta consiste en encontrarse en ayuno, al menos durante 8 horas para alimentos sólidos y durante 6 horas para alimentos líquidos no lácteos. Para que el procedimiento sea preciso y completo, el estómago debe estar completamente vacío. Para esto debe seguir las instrucciones de su médico.
La endoscopia más o menos toma 5 minutos, durante el procedimiento, el paciente puede sentir sensación de náusea o distensión abdominal leves. El paciente se recuesta de costado, mientras el médico avanza lentamente un equipo de endoscopia por encima de la lengua hasta llegar a la garganta, en donde mediante la colaboración del paciente, logra ingresar hacia el esófago, estómago y duodeno. El médico vuelve a examinar la mucosa del duodeno, el estómago y el esófago, mientras extrae lentamente el endoscopio. El procedimiento en sí suele demorar entre 2 y 5 minutos.
Este examen es levemente molesto, por este motivo se efectúa bajo una sedación intravenosa. Se anestesia la faringe con un aerosol local y se coloca una pieza bucal entre los dientes, para impedir que el paciente muerda el endoscopio.