La presencia de una hernia de hiato no produce síntomas necesariamente, pero cuando los hay, siempre debido al reflujo gastroesofágico, el paciente puede notar ardor estomacal, dolor abdominal o torácico, afonía e incluso tos crónica.
También puede aparecer una hemorragia digestiva alta con vómitos o deposiciones con heces negras, debido a la esofagitis.
Hay personas que empiezan a sentir los primeros síntomas desde los 12 o 13 años específicamente en la garganta, y los describen como una acidez. Síntoma que se puede extender al estómago en forma de ardor y acidez sobre todo por la noche.
¿Cuáles son los síntomas de la hernia de hiato?
Lo primero, es aclarar que la presencia de una hernia de hiato no siempre produce síntomas.
Cuando la hernia de hiato es sintomática, sus manifestaciones se deben al reflujo gastroesofágico, que es el paso del contenido ácido del estómago hacia el esófago, pudiendo alcanzar la garganta.
Se puede manifestar como:
–Pirosis o ardor: que es la sensación de quemazón que va desde el estómago y puede llegar a la boca.
–Disfagia: que es la dificultad para el paso del alimento hasta el estómago.
–Dolor abdominal, que se localiza en la parte superior del abdomen.
–Dolor torácico. Esta es una situación en la que cuadro de dolor puede ser muy similar al de origen cardíaco, debiendo descartarse inicialmente esta posibilidad.
–Afonía o disfonía por la irritación ácida que se produce en las cuerdas vocales.
–Tos crónica si el paso del contenido gástrico llega a la vía aérea.
–Hemorragia digestiva alta, ya sea como vómitos con contenido hemático rojo o deposiciones con heces negras como el alquitrán.
Esto es debido a que se ha producido una esofagitis por reflujo a nivel esofágico o ha aparecido una úlcera a nivel de la mucosa del saco herniario.
¿Cuándo y por qué aparecen los síntomas?
Los síntomas aparecen cuando se asocian al reflujo ácido gastroesofágico.
Los síntomas se deben a la acción del ácido sobre la mucosa de los distintos territorios a los que llega.
Así sobre la esofágica, causa los síntomas de quemazón, ardor, dificultad para tragar, etc. Si llega hasta la mucosa faringea, laríngea o bronquial causará la tos o la disfonía.