La colelitiasis, que así se llama médicamente a los cálculos biliares, generalmente, no da síntomas. Pero, en ocasiones, las piedras pueden provocar una obstrucción y ser necesaria la cirugía.
Tener piedras en la vesícula es uno de los trastornos más frecuentes en la población. A pesar de no tratarse de un problema grave, en ocasiones sí puede dar molestias. En determinados casos, una de estas piedras puede obstruir las vías biliares y producir dolor abdominal, fiebre, náuseas y vómitos, picazón e ictericia (color amarillento de la piel). En estos casos, el especialista determinará si es necesario operar la vesícula. Este órgano es esencial para la digestión y absorción de los nutrientes, y que suele pasarnos desapercibido hasta que sufrimos algún problema.
Cuando los cálculos biliares obstruyen los conductos biliares, la bilis se acumula en la vesícula biliar y causa un ataque de la vesícula biliar, lo que se conoce también como cólico biliar. Los ataques de la vesícula biliar generalmente causan dolor en la parte superior derecha del abdomen, que dura a veces varias horas. Los ataques de la vesícula biliar a menudo se presentan después de consumir alimentos pesados y generalmente ocurren al atardecer o durante la noche. Si la persona ha tenido un ataque de la vesícula biliar, probablemente tendrá más.
Los ataques de la vesícula biliar generalmente cesan cuando los cálculos biliares se mueven y ya no obstruyen los conductos biliares. Sin embargo, si alguno de los conductos biliares permanece obstruido durante más de unas pocas horas, el paciente puede presentar complicaciones de los cálculos biliares. Los cálculos biliares que no obstruyen los conductos biliares no causan síntomas.