El estómago es la porción del tubo digestivo situada entre el esófago y el intestino, se localiza en la región superior izquierda del abdomen, por debajo del diafragma.
El estómago se ocupa de descomponer los alimentos. El esfínter inferior del esófago en la parte alta del estómago regula el paso del alimento del esófago al estómago y evita que el contenido del estómago retorne al esófago. El esfínter pilórico en la parte baja del estómago administra el paso del alimento del estómago al intestino delgado.
El estómago varía considerablemente de tamaño dependiendo de si está lleno o vacío. Se divide en cuatro regiones principales, que se llaman: cardias que lo une al esófago, fundus, cuerpo y píloro que lo comunica con el intestino. Segrega varias sustancias que reciben en conjunto el nombre de jugo gástrico, formado principalmente por ácido clorhídrico y pepsina, enzima proteolítica que divide las proteínas en fragmentos de menor tamaño para facilitar su absorción. En el estómago los alimentos se transforman en una papilla pastosa que se llama quimo.
El ácido clorhídrico proporciona un ambiente ácido, necesario para que la pepsina descomponga las proteínas. La elevada acidez del estómago también actúa como una barrera contra las infecciones, pues elimina la mayor parte de las bacterias. La pepsina es la única enzima que digiere el colágeno, una proteína que es, a su vez, parte importante de la carne.
La pared del estómago está formada por las capas características de todo el tubo digestivo: mucosa, submucosa, muscular y serosa. La mucosa cuenta con células que producen moco, ácido clorhídrico y enzimas digestivas. La capa muscular consta de fibras longitudinales, circulares y oblicuas. La serosa corresponde a la envoltura más externa del órgano.
Datos sobre el estómago:
El estómago se encuentra entre el esófago y el duodeno (intestino anterior)
Los alimentos sólidos permanecen en el estómago entre 1 y 5 horas.
Los líquidos permanecen solo entre 10 y 20 minutos
El estómago almacena y mezcla los alimentos ingeridos
El jugo gástrico contribuye al proceso digestivo y neutraliza las bacterias gracias a su contenido en ácido.