Si eres uno de los millones de pacientes que enfrentan la batalla contra la enfermedad hepática crónica, comprendemos los desafíos que enfrentas. En nuestro centro, nos comprometemos a brindarte el apoyo y la atención especializada que necesitas para manejar esta condición de manera efectiva.
Desde diagnósticos precisos hasta tratamientos innovadores y un equipo médico compasivo, estamos aquí para acompañarte en cada paso del camino hacia una mejor salud hepática.
¿Qué es la enfermedad hepática crónica?
La enfermedad hepática crónica es una afección en la que el hígado se daña gradualmente durante un período prolongado, a menudo años o décadas. Esto puede deberse a diversas causas, como el consumo excesivo de alcohol, hepatitis viral, enfermedades autoinmunes, acumulación de grasa en el hígado (esteatohepatitis no alcohólica, o NASH, por sus siglas en inglés), entre otras.
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad hepática crónica?
Los síntomas de la enfermedad hepática crónica pueden variar según la etapa de la enfermedad y su causa subyacente. Algunos de los síntomas más comunes incluyen fatiga, debilidad, pérdida de apetito, náuseas, hinchazón abdominal, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), entre otros. Sin embargo, en las primeras etapas, es posible que no se presenten síntomas evidentes, lo que hace que la detección temprana sea fundamental.
¿Cómo se diagnostica y trata la enfermedad hepática crónica?
El diagnóstico de la enfermedad hepática crónica generalmente se realiza a través de pruebas de función hepática, análisis de sangre, pruebas de imagen como ecografías, tomografías computarizadas o resonancias magnéticas, y en algunos casos, biopsias hepáticas. Una vez diagnosticada, el tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida, medicamentos para controlar los síntomas y tratar las causas subyacentes, así como en casos avanzados, la posibilidad de trasplante hepático.
¿Cómo puedo cuidar mi hígado y mejorar mi calidad de vida?
El cuidado del hígado es fundamental para manejar la enfermedad hepática crónica. Algunas recomendaciones incluyen llevar una dieta saludable y equilibrada, limitar el consumo de alcohol, evitar el uso de drogas recreativas, mantener un peso corporal saludable, realizar ejercicio regularmente y seguir las indicaciones médicas al pie de la letra.