Un equipo multidisciplinar de científicos ha descubierto unas familias de proteínas en el cuerpo que podrían anticipar si los pacientes podrían rechazar un trasplante de órganos.
Liderada por la Universidad de Northwestern, en Illinois (EE.UU.), y realizada por veintiséis científicos de seis instituciones, la investigación abre la puerta a una nueva era de estudios de proteínas en células específicas mucho más precisos.
Hasta ahora, por la dificultad para amplificar las proteínas, los científicos solo han podido observar una pequeña fracción de la información sobre la estructura de estas moléculas, que son las principales responsables de las enfermedades humanas.
Describirlas y catalogarlas ayudaría a acelerar los descubrimientos sobre enfermedades y envejecimiento y a hacer diagnósticos y tratamientos más específicos.
Ese es el objetivo del Proyecto Proteoma Humano (PPH), una iniciativa que, como ya hizo el Proyecto Genoma Humano al secuenciar los genes del organismo, pretende descifrar el funcionamiento y el papel de todas las proteínas del cuerpo humano.
En un esfuerzo análogo, Neil Kelleher, coautor del estudio y director de la Facultad Northwestern Proteomics -un centro de excelencia dedicado al desarrollo de fármacos con métodos novedosos- está desarrollando el Blood Proteoform Atlas (BPA), y hoy ha publicado sus resultados en la revista Science.
Kelleher y su equipo han logrado describir más de 56.000 proteínas moleculares exactas (proteoformas) tal como aparecen en 21 tipos de células, esto es unas 10 veces más de estas estructuras que las que aparecieron en estudios anteriores similares.
«Estamos trabajando para hacer en proteínas el equivalente al Proyecto Genoma Humano», comenta Kelleher.
Pero el reto es complicado. Cada gen humano tiene al menos de 15 a 20 formas únicas de proteínas procesadas y, dado que el cuerpo humano tiene unos 20.000 genes, nuestro organismo contiene millones de ellas creadas por variación, modificación o empalme genético.
DE EFE.