Más que engañosos, podríamos definirlos como a priori no relacionables con la presencia de la hernia de hiato y del reflujo gastroesofágico secundario a la misma.
Es decir síntomas ante los cuales no pensamos, de inicio, en un origen digestivo.
Entre ellos tenemos la laringitis por reflujo gastroesofágico que causará una disfonía; la tos crónica por irritación faríngea o afectación de las vías respiratorias.
También algunos casos de asma bronquial de mal control en los que se implica esta patología e incluso problemas con la dentadura cuando el ácido alcanza la boca y daña la dentina y el esmalte dental.