El esófago de Barrett es una condición en la que el revestimiento plano y rosado del esófago que conecta la boca con el estómago se daña por el reflujo ácido, lo que hace que el revestimiento se engrose y se vuelva rojo.
La causa del esófago de Barrett se asocia a la exposición de la mucosa del esófago al ácido y a la bilis producto de un reflujo gastroesofágico crónico.
Esto permite que el contenido del estómago dañe las células que envuelven la superficie del esófago inferior.
El esófago de Barrett se considera un trastorno premaligno, por el riesgo de cáncer del esófago, aunque los enfermos bajo control endoscópico y tratamiento adecuado pueden minimizar ese riesgo.
Algunos signos de alarma deben ser tomados en consideración del esófago de Barrett:
Acidez estomacal frecuente y de larga duración.
Dificultad para tragar (disfagia).
Regurgitación sangrienta (hematemesis).
Dolor retroesternal, en el punto en que el estómago y el esófago se unen.
Pérdida de peso por razón de la dificultad en comer.
El esófago de Barrett se caracteriza por la presencia de epitelio cilíndrico en la superficie del esófago inferior, reemplazando el característico epitelio escamoso —un cambio ejemplar de una metaplasia.
La metaplasia en el esófago de Barrett es visible por un endoscopio, pero las muestras de biopsia deberían ser examinadas bajo un microscopio para determinar si las células constituyentes son de naturaleza gástrica o colónica.