El Fibroscan es una técnica no invasiva que evalúa la rigidez del hígado, ofreciendo una alternativa cómoda y rápida frente a procedimientos más invasivos como la biopsia hepática. A menudo surgen dudas respecto al dolor que podría implicar el procedimiento, ya que emplea tecnología de elastografía para medir la rigidez hepática.
La buena noticia es que el Fibroscan es indoloro. No requiere agujas ni sedación, sino que utiliza ondas de ultrasonido para examinar el hígado. Durante el procedimiento, el paciente solo siente pequeñas vibraciones en la zona abdominal, las cuales suelen ser descritas como leves y sin causar molestia. Según especialistas, esta técnica se ha convertido en una herramienta confiable y segura para el diagnóstico de enfermedades hepáticas, como la fibrosis o el hígado graso.
El examen se realiza en pocos minutos, y el paciente puede retomar sus actividades normales inmediatamente después, convirtiéndolo en una opción preferida para quienes necesitan evaluar su salud hepática sin someterse a un procedimiento invasivo.
El Fibroscan no es un procedimiento doloroso y su seguridad y rapidez lo han posicionado como una excelente herramienta en el cuidado y diagnóstico de la salud del hígado.
