La elastografía hepática, la nueva técnica de detección que consiste en un escaneo a través de ondas y que se realiza con un aparato llamado Fibroscan y que ayuda a reducir la hepatitis gracias a la rapidez con la que ofrece los resultados.
Una de las opciones diagnósticas más comunes es la biopsia de hígado, que resulta molesta e invasiva para el paciente.
Una de las características de la hepatitis en todos sus tipos es que genera fibra colágena en exceso, lo que provoca que el hígado se vaya poniendo duro. Por esa razón, una de las primeras claves para su detección es examinar el tejido, descubrir si está rígido y en qué fase de la fibrosis se encuentra.
Mediante un sistema de choque de ondas sobre el hígado, le damos golpecitos al órgano y él transmite una onda. Esta onda la sigue el aparato Fibroscan mediante una ecografía y se correlaciona la velocidad de la onda con el tipo de fibrosis que tiene el hígado.
Este estudio se realiza en unos cinco minutos y se hace colocando una sonda en el costado derecho de la persona, justo donde está el hígado. Esta sonda emite una pequeña vibración que no es agresiva con el paciente, por lo que no tiene ninguna contraindicación.
El aparato Fibroscan tiene la ventaja de que puede seguir siendo una opción para el seguimiento de la enfermedad, pues es posible utilizarlo cuantas veces sea necesario.
La OMS dice que la hepatitis en todos sus tipos (VHA, VHB, VHC, VHD Y VHE) puede generar infecciones crónicas al hígado provocando cirrosis e, incluso, cáncer hepático.
Es importante detectar la enfermedad en el momento en el que puede ser curado para que no evolucione en cáncer o cirrosis.
Puntos clave de la enfermedad
Algunas de las cosas que debemos tener en cuenta sobre esta afección:
Los virus que causan las hepatitis más comunes son los A, B Y C, siendo los dos últimos los más mortales, pues se pueden volver crónicos si no se tratan a tiempo.
Mientras que para la hepatitis A y la B hay vacunas preventivas, para la C aún no existe nada más que estar informado.
El VHA se puede transmitir por ingerir alimentos o bebidas contaminadas.
Tanto el VHB, como el VHC, se adquieren principalmente por mantener relaciones sexuales sin protección, realizarse tatuajes, piercings o acupuntura bajo malas condiciones higiénicas, compartir jeringuillas al drogarse o utilizar utensilios de higiene personal infectados.
DE EFE