Cuando se tiene hígado graso, es importante realizar cambios en los hábitos alimentarios, ya que es una de las formas de tratar y mejorar los síntomas como pérdida de apetito, dolor en el lado derecho de abdomen y barriga hinchada.
Evita ingerir alimento entre comidas.
Procura comer tres veces al día. Si le da mucha hambre entre comidas bebe un vaso de agua, 1 taza de café o té de manzanilla, té verde, te de jengibre y canela.
La mayoría de los estudios científicos revela que si tienes hígado graso, la dieta ideal para ti es la mediterránea, rica en grasas monoinsaturadas así como ácidos grasos omega-3 y baja en carbohidratos. Incluye en tus comidas aceite de oliva, nueces, frutas, verduras, legumbres y pescados. Evita la carne roja y los panes, pastas, pasteles, dulces, chocolates, alimentos fritos, embutidos y derivados lácteos no descremados (leche, yogurt, quesos). Si consumes vino, hazlo con gran moderación. Evita otro tipo de bebidas alcohólicas.
50% de su plato debe de ser vegetales y verduras, 25% de carbohidratos saludables (idealmente no procesados), 25% de proteínas saludables (carnes magras como la pechuga de pollo o pavo, pescados, filete de cerdo o lomo de cerdo sin la grasa). Evita carnes rojas.
La fructosa, que es el tipo de azúcar presente en la fruta, la miel y algunos vegetales, así como la glucosa, el azúcar de la sangre, estimulan los genes productores de grasa en el hígado. Una dieta rica en azúcar contribuye a que la grasa se deposite en el hígado y generé inflamación.
Los refrescos, jugos y cocteles deben estar fuera de tu menú. Recuerda que los alimentos y bebidas ricos en fructosa y sacarosa favorecen la síntesis de triglicéridos en tu hígado.
Según estudios, el consumo de café reduce la acumulación de grasa en el hígado y ejerce un efecto protector contra el cáncer de hígado al disminuir la inflamación y el estrés oxidativo de las células.
Varias investigaciones revelan que el consumo de vitamina C en frutas, vegetales y legumbres se asocia con una menor incidencia de hígado graso. Consume papaya, kiwi, frutas rojas y piña, además de pimientos, brócoli, col rizada y coliflor.
Cada vez surge mayor evidencia de que la deficiencia de este micronutriente se asocia con el desarrollo de hígado graso. La vitamina D se encuentra en pescados como salmón y atún, queso y yema de huevo, principalmente.