Se denomina infarto a la necrosis coagulativa por una lesión isquémica de un órgano (muerte de un tejido por falta de sangre y posteriormente oxígeno), generalmente por obstrucción de las arterias que lo irrigan, ya sea por elementos dentro de la luz del vaso.
El infarto es causado debido a la hipertensión, colesterol elevado, tabaquismo, obesidad, sedentarismo, diabetes o edad avanzada, entonces las arterias coronarias se estrechan, impidiendo que el oxígeno llegue al miocardio, que es la parte muscular del corazón. Y al miocardio, no recibir oxígeno, no puede producir energía para contraerse y las células del tejido que no reciben sangre empiezan a morir.
Cuando una zona del corazón deja de recibir el flujo sanguíneo que requiere, empieza a morir, y esa es una de las manifestaciones de la cardiopatía isquémica.
El infarto al miocardio se produce al taponarse una arteria que lleva la sangre al corazón.
Los infartos pueden producirse en cualquier órgano o músculo, pero los más frecuentes se presentan:
En el corazón (infarto agudo de miocardio).
En el cerebro (accidente vascular encefálico).
En el intestino (infarto intestinal mesentérico).
En el riñón (infarto renal).
En el pulmón (Infarto pulmonar).
Generalmente los infartos se producen por la obstrucción de una arteria (brazos, piernas, intestino, etc.), pero los infartos pulmonares pueden ser de origen venoso.
Los infartos de miocardio se producen en cualquier parte pero son más frecuentes en la parte izquierda, por ser ésta la de mayor espesor miocardial y trabajo físico.