La vasculitis es una inflamación de los vasos sanguíneos y abarca todos aquellos síndromes y enfermedades que cursan con inflamación de los vasos sanguíneos (arterias, arteriolas, capilares, vénulas y venas) tanto de órganos específicos como generalizadas.
Si se restringe el flujo sanguíneo, los órganos y los tejidos pueden dañarse.
Hay varios tipos de vasculitis y la mayoría son pocos frecuentes. La vasculitis puede afectar a un solo órgano o a varios, esta afección puede ser de corta o larga duración.
La vasculitis puede afectar a cualquier persona, aunque algunos tipos son más frecuentes entre ciertos grupos etarios. Según el tipo que tengas, es posible que mejores sin tratamiento, la mayoría requieren medicamentos para controlar la inflamación y evitar los brotes.
Los síntomas generales de la mayoría de los tipos de vasculitis causan los siguientes:
Fiebre
Dolor de cabeza
Fatiga
Pérdida de peso
Molestias y dolores generales
Otros signos y síntomas:
Aparato digestivo. Si el estómago o los intestinos están afectados, es posible que sientas dolor después de comer. Oídos. Puede que padezca de mareos, zumbidos en los oídos y pérdida auditiva abrupta.
Ojos. Puede provocar que los ojos se vean rojos, piquen o ardan. A veces este es el primer signo de la enfermedad.
Manos o pies. Algunos tipos de vasculitis pueden causar entumecimiento o debilidad en una mano o en un pie. Las palmas de las manos y las plantas de los pies pueden hincharse o endurecerse.
Pulmones. Puede que te falte el aire o incluso tosas sangre si la vasculitis afecta los pulmones.
Piel. El sangrado debajo de la piel puede verse como manchas rojas. La vasculitis puede provocar llagas abiertas en la piel.
Visita a tu médico si tienes signos o síntomas de algún tipo de vasculitis antes que empeore rápidamente, ya que con el diagnóstico temprano puede obtener un tratamiento eficaz.