La mayoría de los casos de enfermedades cardiovasculares podrían evitarse adoptando hábitos de vida saludables y controlando factores de riesgo específicos que aumentan la probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular (ECV). En gran medida, estos factores dependen de comportamientos que las personas pueden modificar, según señala este Instituto.
Está comprobado que las personas con exceso de grasa visceral en su cuerpo tienen un mayor riesgo de desarrollar hipertensión arterial, ateroesclerosis, insuficiencia cardíaca, fibrilación ventricular, ictus, infartos de miocardio o incluso muerte súbita.
Por lo tanto, es crucial adoptar una dieta cardiosaludable, mejorar la calidad y cantidad de nuestro descanso, incorporar rutinas que ayuden a reducir el estrés y limitar al máximo el consumo de alcohol y tabaco.
La acumulación de tejido adiposo en la zona interna del abdomen incrementa el riesgo para la salud del corazón, ya que ejerce presión sobre el órgano vital y sus arterias, además de generar una gran cantidad de sustancias inflamatorias vinculadas a efectos perjudiciales provocados por la grasa visceral.
