La fibrilación auricular es una arritmia cardíaca común que afecta las cámaras superiores del corazón, llamadas aurículas. En lugar de latir de manera coordinada y regular, las aurículas se contraen de forma rápida e irregular, lo que puede generar un ritmo cardíaco anormal y poco eficiente.
En condiciones normales, el corazón tiene un ritmo eléctrico regular y coordinado que permite que la sangre fluya adecuadamente entre las diferentes cámaras y hacia el resto del cuerpo.
Sin embargo, en la fibrilación auricular, esta coordinación se pierde, lo que puede resultar en una serie de problemas potenciales:
Las causas de la fibrilación auricular pueden variar, y algunos factores de riesgo incluyen la edad avanzada, antecedentes familiares de FA, hipertensión arterial, enfermedades cardíacas previas, enfermedades tiroideas, consumo excesivo de alcohol, obesidad y apnea del sueño, entre otros.
El diagnóstico de la fibrilación auricular se realiza mediante un electrocardiograma (ECG) y otros exámenes cardíacos. El tratamiento puede incluir el control de los factores de riesgo, medicamentos para controlar la frecuencia y el ritmo cardíaco, así como anticoagulantes para prevenir la formación de coágulos sanguíneos. En algunos casos, se puede recurrir a técnicas de cardioversión para restaurar el ritmo cardíaco normal o a ablación, un procedimiento para eliminar las áreas del corazón que generan señales eléctricas anormales.
Es fundamental que las personas con fibrilación auricular reciban atención médica adecuada y sigan el tratamiento recomendado para reducir el riesgo de complicaciones graves y mejorar su calidad de vida.