Descubre cómo se tratan las fugas en el corazón

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Descubre cómo se tratan las fugas en el corazón

Las cuatro válvulas del corazón son las responsables de hacer circular la sangre. Para ello se abren y se cierran. No es lo frecuente, pero, a veces, pueden fallar. Ante estos casos, la solución más habitual es la colocación de una prótesis valvular, a través de una intervención quirúrgica. Pero, en ocasiones, puede fallar esa unión entre el implante y el tejido del corazón del paciente dando lugar a pequeñas fugas de sangre en el corazón y al mal funcionamiento de la prótesis valvular.

Para esta complicación poco frecuente, que puede revestir gravedad se ha desarrollado en los últimos años un procedimiento de alta complejidad técnica denominado de ‘cierre de leak mitral’ -básicamente cerrar dicha fuga en el corazón mediante un cateterismo.

Se trata de una intervención, que no puede realizarse en todos los pacientes, por lo que siempre se requiere un estudio previo por parte de los especialistas.

Se trata de procedimientos con alta complejidad técnica que requieren equipos multidisciplinares que incluyen cardiólogos intervencionistas, cirujanos cardiovasculares, cardiólogos expertos en imagen cardiaca y anestesistas, entre otros.

La fuga perivalvular es una complicación que puede aparecer en el 1-5% de los pacientes intervenidos de una sustitución valvular. Lo último es su tratamiento por vía percutánea, evitando así una reintervención quirúrgica de alto riesgo.

La mayor parte de las veces estas fugas son pequeñas y no tienen implicaciones clínicas, si bien cuando el defecto es grande se produce una insuficiencia perivalvular importante que condiciona la aparición de insuficiencia cardiaca refractaria al tratamiento convencional.

Para algunos de pacientes la reintervención quirúrgica supone una cirugía de alto riesgo. Para evitarlo, se han desarrollado técnicas percutáneas para el tratamiento de estas complicaciones.

Este tipo de intervenciones, son “complejas” y se realizan guiadas por rayos X y por un ecocardiograma transesofágico en 3D. Para ello se suele sedar a los pacientes y, guiados por los rayos X, se dirigen los catéteres hacia la fuga en el corazón del paciente, donde se coloca un nuevo dispositivo en forma de paraguas o champiñón para cerrar la fuga.

Hay que localizar la fuga con las imágenes y desde la región inguinal se accede a la misma a través de un catéter para colocar un dispositivo que consigue sellar la fuga y que mejora la insuficiencia que se producía.

Se trata de enhebrar el orificio al lado de la válvula con un pequeño tubito o catéter para colocar el dispositivo de cierre desde la región femoral, con toda la dificultad que ello entraña.

Lo habitual en estos casos es que disminuya de manera importante el grado de insuficiencia mitral y el paciente mejore. Tras la intervención el paciente suele pasar las primeras horas en la unidad de cuidados intensivos y si no hay complicaciones, puede ser dado de alta a los pocos días del procedimiento.

DE EFE