Llevar una vida integrada por hábitos saludables es el paso esencial para cuidar la salud en todos los aspectos, pero sobre todo cuando se trata de algo tan valioso como el corazón.
Es importante llevar una dieta equilibrada y cardiosaludable, reduciendo el consumo de sal, azúcares y grasas de origen animal. Y potenciando el consumo de frutas, verduras, productos integrales, legumbres y pescados. La dieta mediterránea es una de las más recomendadas por la OMS, ya que ha conseguido reducir en un 30% el riesgo de sufrir un primer evento cardiovascular.
También llevar a cabo la práctica regular de actividad física, treinta minutos diarios bastarían para ayudar a prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y varios tipos de cáncer, entre otras patologías.
Debe evitar el tabaco, porque el tabaquismo causa diversos daños al organismo, entre ellos el deterioro de las arterias. Abandonar el hábito de fumar tiene consecuencias muy positivas que se reflejan a corto y medio plazo. A los dos años de dejar de fumar se reduce sustancialmente el riesgo de padecer una enfermedad coronaria; a los 15 años, el riesgo de ECV es similar al de una persona no fumadora.
Es importante llevar una dieta saludable, como la mediterránea (predominio de frutas, verduras, pescado, carnes magras, legumbres y aceite de oliva), acompañada de frutos secos, disminuye tanto el riesgo cardiovascular como la mortalidad por alguna dolencia del corazón.
Debes cuidar tu colesterol, la obstrucción de las arterias por exceso de colesterol malo (LDL) es el principal desencadenante de ictus e infartos. Uno de los factores que lo provocan es el abuso de grasas saturadas, presentes en lácteos enteros, embutidos, bollería industrial, aperitivos salados y otros productos procesados. Manteniendo el nivel de colesterol dentro de los límites establecidos reducimos el riesgo de las enfermedades cardiovasculares.
Debe controlar el estrés, es un factor de riesgo para el buen funcionamiento de la bomba vital, ya que es un detonante de la hipertensión arterial. Así que aprender a lidiar con los problemas y la presión mejora la salud emocional y física.
Y por último mantente activo físicamente que ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiacas. Por eso, incluir en nuestra rutina semanal algún tipo de deporte es vital para cuidar nuestro sistema cardiovascular. Por lo menos 30 minutos de actividad física moderada cinco veces a la semana.