La cardiotoxicidad se refiere a cualquier daño o efecto adverso que afecta al corazón debido a la exposición a ciertas sustancias o condiciones. Puede manifestarse de diversas formas, desde cambios en la función cardíaca hasta problemas graves como arritmias cardíacas o insuficiencia cardíaca.
Esta condición puede ser causada por una variedad de factores, que van desde medicamentos y drogas recreativas hasta enfermedades y tratamientos médicos.
Existen varios tipos de cardiotoxicidad, cada uno con sus propias causas y síntomas:
Los síntomas de la cardiotoxicidad pueden variar según la causa y la gravedad del daño. Algunos de los signos y síntomas comunes incluyen dificultad para respirar, dolor en el pecho, fatiga, palpitaciones cardíacas, mareos y desmayos.
El diagnóstico de la cardiotoxicidad a menudo implica pruebas médicas como electrocardiogramas (ECG), ecocardiogramas, pruebas de función cardíaca y análisis de sangre para detectar marcadores de daño cardíaco.
El tratamiento de la cardiotoxicidad depende de la causa subyacente y puede incluir la interrupción del medicamento o la sustancia responsable, cambios en el estilo de vida, medicamentos para tratar los síntomas y, en casos graves, procedimientos médicos como la colocación de un marcapasos o desfibrilador implantable, o incluso trasplante cardíaco en casos extremos.
La prevención de la cardiotoxicidad implica evitar o limitar la exposición a sustancias conocidas por causar daño cardíaco, mantener un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada y ejercicio regular, y seguir de cerca cualquier instrucción médica en relación con el uso de medicamentos potencialmente cardiotóxicos. Además, es crucial someterse a exámenes médicos regulares para detectar y tratar cualquier problema cardíaco antes de que cause complicaciones graves.