Aprende a reconocer un fallo cardíaco, origen de los ahogamientos: consejos para el verano

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Fallo cardíaco

El verano es sinónimo de descanso, sol, playa y actividades al aire libre, pero para quienes han padecido un fallo cardiaco, también es un periodo que requiere precauciones adicionales. Durante las vacaciones, la práctica deportiva y las visitas al mar o a la piscina son comunes, lo que puede aumentar el riesgo de ahogamientos si no se toman las medidas necesarias. Es fundamental que las personas con antecedentes de problemas cardíacos continúen con sus tratamientos y se mantengan vigilantes ante cualquier síntoma.

El peligro del alcohol en verano

El consumo de alcohol es otra causa que incrementa el riesgo de ahogamientos, especialmente en verano, cuando su ingesta es más frecuente. El alcohol no solo afecta negativamente al sistema cardiovascular, sino que también reduce la capacidad de respuesta del individuo, lo que puede resultar fatal al nadar en playas o piscinas. Esta combinación de factores pone en riesgo tanto a quienes han sufrido un fallo cardíaco como a personas sanas que subestiman los peligros asociados al alcohol y la exposición al sol.

Síntomas para reconocer un infarto a tiempo

Conocer los signos de alerta de un fallo cardíaco es esencial, especialmente durante el verano, cuando el riesgo de ahogamientos aumenta. Estos son los principales síntomas a tener en cuenta:

  1. Dolor, presión y malestar en el pecho: Un síntoma clave es la sensación de opresión, presión, pesadez o dolor en el centro del pecho que puede extenderse hasta el estómago. Este malestar puede durar varios minutos o aparecer y desaparecer.
  2. Dificultad para respirar: La falta de aire o la respiración entrecortada, con o sin dolor en el pecho, es otro indicio importante de un posible fallo cardíaco.
  3. Sudoración fría: La sudoración excesiva y fría, incluso en ambientes cálidos, puede ser una señal de advertencia. Esto es particularmente relevante en verano, cuando las personas están expuestas a cambios bruscos de temperatura debido al uso de aires acondicionados.
  4. Malestar general: Sensaciones de mareo, aturdimiento, debilidad o desmayos pueden ser indicios de un infarto inminente, ya que el cuerpo requiere mayor demanda metabólica y la sangre tiende a coagularse más rápido en esta época.
  5. Cansancio extremo inusual: Este síntoma es más común entre las mujeres, quienes también pueden experimentar molestias en ambos brazos, espalda, cuello, mandíbula, hombros y en la zona del estómago. Otros indicios característicos incluyen falta de aire, náuseas, vómitos, sudoración, aturdimiento o mareos.

El verano ofrece numerosas oportunidades para disfrutar, pero también trae consigo riesgos para la salud cardiovascular. Es crucial que las personas, especialmente aquellas con antecedentes cardíacos, estén informadas sobre los síntomas de un infarto y actúen rápidamente en caso de emergencia. Mantener un estilo de vida saludable, evitar el consumo excesivo de alcohol y continuar con los tratamientos médicos son claves para prevenir tragedias durante esta época del año.