La ablación con catéter es un procedimiento invasivo que se utiliza para eliminar o interrumpir un camino eléctrico defectuoso en pequeñas zonas del corazón en individuos propensos a desarrollar arritmias cardíacas como la fibrilación auricular, aleteo auricular, taquicardias supraventriculares y el síndrome de Wolff-Parkinson-White.
El cardiólogo realizará una ablación por catéter con usted despierto, pero se le administra un medicamento a través de una vía intravenosa en su brazo para ayudarlo a relajarse durante el procedimiento. Las máquinas medirán su actividad cardíaca. Todos los tipos de ablación requieren de cateterismo cardíaco para ubicar tubos flexibles o catéteres dentro de su corazón para producir las cicatrices.
Este procedimiento implica el avance de varios catéteres flexibles en los vasos sanguíneos del paciente, ya sea en la vena femoral, la vena yugular interna, o la vena subclavia. Los catéteres hacen avanzar hacia el corazón.
La ablación con catéter la realiza un electrofisiólogo (un cardiólogo especialmente entrenado) en un laboratorio de cateterismo o un laboratorio especializado.
Los pacientes jóvenes con aleteo auricular paroxístico, tienen una mayor probabilidad de éxito con una ablación ya que aún no han sufrido remodelado atrial.
Después de una ablación con catéter, el paciente es trasladado a una unidad de cuidados intensivos cardiovasculares donde no se les permite moverse de 4-6 horas. Minimizar la movilización ayuda a prevenir el sangrado del lugar donde fue insertado el catéter. Algunos pacientes tienen que pasar la noche en observación, algunos tienen que quedarse mucho más tiempo mientras que otros se pueden ir a casa el mismo día. Todo esto depende del problema, la duración del procedimiento y si fue utilizada o no anestesia general.