El FibroScan, como método no invasivo, se ha validado y se aplica en la hepatitis B y C, pero cada vez más se investiga su utilidad en otras enfermedades hepáticas crónicas.
Permite medir la elasticidad del hígado a partir de la velocidad de las ondas elásticas generadas por una onda mecánica en el parénquima hepático.
Se realiza para el diagnóstico y seguimiento de hepatitis crónica por el virus de la hepatitis C, hepatitis crónica por el virus de la hepatitis B, coinfección con el virus de la hepatitis C y VIH, enfermedad hepática alcohólica, hígado graso no alcohólica, enfermedades colestásicas crónicas, cirrosis hepática y seguimiento de pacientes pre y post-trasplante hepático son algunos de los usos validados del FibroScan.
El FibroScan fue validado por primera vez para la evaluación de la fibrosis hepática en pacientes con hepatitis C crónica y gradualmente se ha ido evaluando para otras causas de enfermedades hepáticas difusas crónicas.
El FS valora un volumen de tejido 100 veces superior al de la biopsia hepática, careciendo de complicaciones y puede repetirse en el seguimiento de las enfermedades hepáticas, aportando información evolutiva.
El FibroScan permite clasificar a los pacientes con infección crónica por VHB en 4 grupos de fibrosis. Contribuye a la decisión de tratamiento y su repetición durante este permitiendo constatar la no progresión de la fibrosis; en casos sin indicación de tratamiento (hepatitis crónica sin criterios, estado portador inactivo, inmunotolerancia), su repetición periódica ayuda a saber si continúa la inactividad o no; si es compatible con cirrosis, se iniciará la vigilancia del hepatocarcinoma.
La valoración del grado de fibrosis sirve para el diagnóstico inicial de la enfermedad, seguimiento y evolución de la misma. Antes la evaluación y cuantificación de la fibrosis hepática se realizaba mediante la biopsia hepática.
Cualquier grado de fibrosis hepática reportado en el fibroscan es indicación de tratamiento sin demora para hepatitis B y C.
