La hepatitis autoinmune es una enfermedad crónica del hígado, no muy frecuente causada por una alteración de la respuesta inmunológica del propio enfermo, que destruye las células hepáticas e inflama el hígado.
El diagnóstico se establece por los datos de los análisis, de la biopsia y de los síntomas del paciente y se le puede dar seguimiento con el Fibroscan.
La hepatitis autoinmune puede afectar a todas las edades y a ambos sexos, pero es más frecuente en mujeres entre los 10 y 50 años.
Los posibles síntomas son malestar, cansancio, falta de apetito, ictericia y en el caso de la mujeres también pueden presentarse alterando en la menstruación. También puede producir únicamente sensación de cansancio, y descubrirse la hepatitis autoinmune por la presencia de transaminasas elevadas en un análisis hecho por otro motivo.
A veces se descubre cuando se ha desarrollado una cirrosis hepática, por complicaciones de la misma, como ascitis o una hemorragia digestiva por varices esofágicas.
También se puede descubrir cuando se estudian pacientes con otras enfermedades autoinmunes.
Es importante que todos los pacientes con hepatitis autoinmune sean valorados por un médico especialista en enfermedades hepáticas.