Un vectocardiograma (VCG) es una representación gráfica tridimensional de la actividad eléctrica del corazón. Mientras que un electrocardiograma (ECG o EKG) muestra la actividad eléctrica cardíaca en dos dimensiones (usualmente en papel), un vectocardiograma extiende esta representación a tres dimensiones.
El corazón genera impulsos eléctricos durante su ciclo de contracción y relajación. Estos impulsos son registrados por electrodos colocados en diferentes ubicaciones del cuerpo. La información recopilada se utiliza para determinar la dirección y la magnitud de la corriente eléctrica en el corazón. La representación tridimensional del vectocardiograma ayuda a obtener una imagen más completa de la actividad eléctrica cardíaca y puede ser útil en la evaluación de ciertas condiciones cardíacas.
Aunque el vectocardiograma ha sido utilizado en el pasado, en la actualidad, las imágenes tridimensionales de la actividad eléctrica cardíaca se obtienen con técnicas más avanzadas, como la tomografía computarizada cardíaca y la resonancia magnética cardíaca, que proporcionan imágenes más detalladas y precisas del corazón.
El vectocardiograma se presenta como una técnica complementaria a otros procedimientos diagnósticos cardíacos, tales como el electrocardiograma y el ecocardiograma. La correcta interpretación de los resultados de un vectocardiograma debe ser llevada a cabo por un especialista en cardiología debidamente capacitado en la lectura de este tipo de pruebas.
En síntesis, el vectocardiograma se configura como una prueba diagnóstica no invasiva que registra la actividad eléctrica del corazón en tres dimensiones. Resulta de gran utilidad en la evaluación de trastornos del ritmo cardíaco y la función cardíaca. La interpretación de sus resultados debe ser llevada a cabo exclusivamente por un especialista con la formación adecuada.