El calor puede tener un impacto en el corazón, especialmente en personas vulnerables o con afecciones cardíacas preexistentes. Durante los períodos de calor extremo, el cuerpo trabaja más para mantener una temperatura interna adecuada, lo que puede ejercer una mayor carga sobre el sistema cardiovascular.
Algunas formas en que el calor puede afectar el corazón incluyen:
- Mayor estrés para el corazón: En condiciones de calor, el cuerpo transpira para enfriarse, lo que puede provocar una pérdida de líquidos y electrolitos. Esto puede llevar a una disminución del volumen de sangre en el cuerpo y un aumento en la frecuencia cardíaca, lo que pone más esfuerzo en el corazón.
- Vasos sanguíneos: El calor extremo puede provocar una dilatación de los vasos sanguíneos para ayudar al cuerpo a liberar calor. Esto puede disminuir la presión arterial y provocar una mayor demanda de sangre por parte del corazón.
- Deshidratación: La deshidratación, que puede ocurrir más fácilmente en climas calurosos, puede reducir el volumen de sangre y hacer que el corazón trabaje más para bombear la misma cantidad de sangre en todo el cuerpo.
- Agravamiento de condiciones cardíacas preexistentes: En personas con enfermedades cardíacas, el calor puede exacerbar los síntomas y aumentar el riesgo de complicaciones, como arritmias, angina de pecho o insuficiencia cardíaca.
Para proteger el corazón durante períodos de calor extremo, es esencial tomar precauciones, como mantenerse hidratado, bebiendo suficiente agua, evitar la exposición prolongada al sol y buscar lugares frescos y sombreados. Es importante limitar la actividad física intensa en horas de calor máximo y usar ropa ligera y transpirable.
Si una persona tiene afecciones cardíacas previas o es parte de un grupo de alto riesgo, debe consultar a su médico para obtener consejos específicos sobre cómo proteger su corazón durante el calor extremo y qué medidas tomar para mantenerse seguro y saludable.