Una de las preguntas que nos podemos hacer es si es realmente necesario hacerse esta prueba y en qué casos es más preciso llevarla a cabo.
Gracias a esta prueba podemos conocer un patrón en tu microbiota y saber cuáles son sus fortalezas y debilidades. Esto nos da una visión más global de lo que está pasando en tu intestino y tu salud general.
A menudo ocurre que tenemos síntomas digestivos (hinchazón, gases, estreñimiento, diarreas, pesadez…) y las pruebas endoscópicas están correctas. Pues bien, esto es debido a que estas bacterias son las encargadas de finalizar el proceso digestivo, fermentar la fibra, metabolizar desechos… sin ellas no somos capaces de hacer correctamente la digestión ni eliminar correctamente los desechos.
Estudiar tú patrón nos ayuda a poner un tratamiento para mejorar las funciones digestivas y corregir la clínica asociada.
Pero es que, además, por otro lado, nos explica que “los desequilibrios en la microbiota se relacionan con ciertas patologías crónicas como las enfermedades autoinmunes, la diabetes, enfermedades de la piel, el autismo, la depresión, las infecciones de repetición, las enfermedades inflamatorias intestinales, etc.
No sirve solo para tratar problemas digestivos, sino que es un estudio muy interesante cuando se tiene cualquier proceso crónico, incluso en la prevención de salud”.