Algunas personas tienen siempre los pies o las manos heladas aunque la temperatura sea agradable. Y puede que este fenómeno involuntario no se deba a una alteración del equilibrio en la temperatura corporal sino que esté relacionado con la presión arterial.
Seguro ha oído que tener los pies o las manos frías constantemente puede ser una señal de mala circulación porque la sangre no fluye tan bien como debería. Esto ocasiona que los vasos sanguíneos se contraigan y reduzcan el flujo sanguíneo hacia las extremidades.
Cuando existen extremidades frías, casi siempre está referido -hablamos de un 90 por ciento de los casos- a un problema circulatorio, es decir, a un leve déficit del riego periférico, ya que la cantidad de sangre que llega a las manos o los pies es menor a la que debiera.
Sin embargo, más allá de que una mala circulación cause presión y dilatación de los vasos sanguíneos y esto haga que tus extremidades estén frías como un témpano sea invierno o verano, lo que sí resulta sorprendente es que esté relacionado con la presión arterial.
Tanto si tienes la tensión baja como si sufres de hipertensión, serás más propenso a desarrollar esta sensación. En el primer caso, las extremidades se ven afectadas al llegar menos flujo de sangre. Lo mismo ocurre si hay hipertensión: la sangre golpea las venas por donde pasa con demasiada fuerza, y puede dar como resultado este fenómeno.
Asimismo, las enfermedades que comprometen a la salud arterial pueden ser el detonante de la disminución de flujo sanguíneo hacia las manos. Esto puede ser la consecuencia de una acumulación de placa de colesterol o una inflamación de los vasos sanguíneos.
Tener un bloqueo en las arterias que impide que la sangre llegue a ciertos puntos del cuerpo puede causar frialdad en manos y pies. Estar expuesto al frío también puede causar vasoespasmo o estrechamiento de los vasos sanguíneos, lo que disminuye el flujo de sangre que circula por nuestras arterias y venas.
Por otro lado, también puede deberse a condiciones más peligrosas como la hipertensión arterial primaria, que afecta las arterias de los pulmones. En ambos casos es imporante hacer un seguimiento médico.
Por eso, aunque en un principio no hay que alarmarse, conviene prestarle atención a este problema porque la acumulación de grasa en las arterias puede interrumpir el flujo sanguíneo a las extremidades. ¡Ojo! que esto puede conllevar riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Algunos trucos para que tus pies o manos dejen de estar siempre fríos:
Si eres fumador debes abandonar el tabaco ya que este hábito genera problemas circulatorios y aumentan las probabilidades de tener las extremidades frías.
Utilizar unos buenos guantes (de lana o algodón) en la temporada invernal y ponértelos antes de salir de casa cuando tus manos aún están calientes. En los pies, calcetines de lana o tela sintética.
Utilizar cremas con altos índices grasos o hidratantes.
Moverse y hacer ejercicio para aumentar la circulación. Si sientes que la gelidez se apodera de sus manos o pies, debes ponerte en marcho, ya que el movimiento mejorará la circulación y se activarán los flujos sanguíneos a los pies y las manos. Además, se sabe que el ejercicio ayuda a fortalecer las venas y arterias y oxigena el cuerpo, lo que evita la probabilidad de sufrir frío en nuestras extremidades.